Joya del pasado. Imágenes del sistema de galerías compartidas recientemente por el concejal de Urbanismo y Patrimonio, Juan Ángel Pérez, en una conocida red social.
Ya queda menos para desentrañar los secretos de la ‘Mota Oculta”. Con este mensaje el concejal de Urbanismo y Patrimonio, Juan Ángel Pérez, se refiere en las redes sociales a los trabajos previos a la apertura al público de las galerías subterráneas de la fortaleza.
La publicación genera comentarios y expectación entre alcalaínos y forasteros.
Con el avance en los trabajos se da un impulso para abrir al público, algún día, los pasadizos. En pasadas legislaturas se comenzó el proceso con la excavación de algunos de los tramos. En el actual mandato se ha continuado con las labores de limpieza y con trabajos de consolidación de las estructuras. Además se aprecian cables, para iluminar los pasadizos.
El asunto, más allá de las posibilidades turísticas que abre, tiene notable importancia sentimental e histórica en Alcalá la Real. Los túneles, con varios cientos de metros de longitud, van desde la alcazaba andalusí hasta los arrabales. Con un sinuoso trazado, la galería excavada en la piedra puede ser recorrida con facilidad, aunque presenta algunos escalones. En el trayecto se encuentra el pozo que tuvo una importancia capital en la conquista de Alcalá de Benzayde, el nombre con el que se conocía la ciudad fortificada en el siglo XIV. El manantial surtía de agua a la población islámica y su existencia, según la tradición, fue revelada por un hispanoárabe a Pascual Sánchez. Después, según tales fuentes, fue llenado de animales muertos para causar enfermedades a los sitiados, hasta el punto de que la acción resultó decisiva en la conquista final, culminada en 1341. Igualmente, el pozo pudo dar lugar a leyendas como la de la mora Cava.
Las tropas del rey Alfonso XI, de acuerdo con la documentación antigua, cavaron una contramina que llegaba a la galería. Se supone que ese es el tramo que comienza en el arrabal viejo, cerca del edificio del Pósito o Alhorí. En la actualidad, buena parte del trazado de los pasadizos ha quedado al descubierto, aunque hay tramos que han desaparecido, bien por desprendimientos de la roca y el terreno o como consecuencia de la remodelación del conjunto fortificado. Falta por descubrir cuál era la otra entrada inferior.
relevancia. La galería y el pozo tenían un lugar estratégico. Ubicados en la zona conocida como Huerto de Moriana, en una umbría con un entorno abrupto, todo apunta a que se encontraban en los orígenes del recinto de la Fortaleza de la Mota, al principio, probablemente, un espacio amurallado próximo a la alcazaba. La construcción de una mina para bajar o subir era relativamente fácil, dada la blanda consistencia de la arenisca de la roca madre.
En las cercanías de La Mota, concretamente en la zona del parque, existen restos de una mina que, al parecer, tenía como finalidad abastecer de agua el cercano convento de la Trinidad, que albergó a monjas durante siglos. Sin embargo, este sistema no guarda, en principio, relación alguna con los pasadizos del Huerto de Moriana, situados mucho más arriba.